Hace mucho
tiempo atrás, una compañera de trabajo me explico que el nacimiento es un acto
de amor. Dijo, con convicción capaz de convencer al más escéptico de los
escépticos, que en un plano superior a este, todos somos seres de luz. Que
desde ese lugar elegimos a quienes van a ser nuestros padres. Esa idea, que se
agarraría a las trompadas con las ideas sobre la concepción humana con las que nos
formatean desde niños, me gusto. Mucho.
De todo eso
me acorde, cuando estuvimos solos frente a frente por primera vez, aquella
tarde de junio. Tenías un puñado de
horas entre nosotros, yo te observaba asombrado y conmovido por tu inmensa
pequeñez. Me mirabas sin mirar, entre abriendo los ojos, como desconfiando de
ese nuevo mundo en el que te acababan de tirar.
Seguramente
no llegaste a entender que es lo que te decía esa criatura balbuceante y
llorosa que tenías enfrente. Lo cual es lógico porque, por más que lo hubieras
escuchado en tu larga vigilia amniótica, el significado de la lengua española
no estaba por ese entonces en tus prioridades. Lo que estaba haciendo, además de refrendar un
amor que será eterno e imperecedero, era darte las gracias niña mía. Por haber
venido. Por haberme hecho tu papá.
Sé que a
vos te tira más Violetta, pero bueno, espero que con el tiempo aprendas a apreciar
está canción que te regalo ahora, justo cinco años después de aquella charla
imposible entre un padre y su bebe. La escribió un señor que se llama Stevie
Wonder, que según algunos rumores vendría de visita durante el 2013, para su hija.
Cada vez que la escucho, en el lugar que sea, sin importar la circunstancia, me hace pensar en vos. Y sonreír.
Gracias, otra vez.
Stevie
Wonder - Isn't She Lovely?
Del disco
Songs in the key of life (1976)
No soy padre, pero me emocionaste de verdad. Muy lindas palabras.
ResponderEliminarhermosas palabras fer... besos enormes para la niña de su tia y su prima...
ResponderEliminar:)
ResponderEliminarque linda canción y tremenda declaración!!
ResponderEliminarGracias a todos.
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