Foto: Infobae
Poco más de una hora y media, dicen que lo bueno si es breve
es dos veces bueno, le alcanzo a The Killers para plantar la bandera de Las
Vegas y conquistar por tercera vez la ciudad de Buenos Aires. El pibe Flores y
compañía se adelantaron a las nubes amenazantes que cubrieron GEBA y el resto
de la ciudad, desatando una tormenta hits, que cayo sobre un público
agradecido. La noche del domingo será nuestra noche dijo el cantante. Y cumplió.
Con implacable timming, la banda pareció saber perfectamente
que es lo que el público quería oír, actuando en consecuencia. Para cumplir con esa exigencia, armaron un setlist infalible que puso a todos a bailar
desde el momento que la guitarra de David Keuning arremetió en la apertura del
show con el arpegio de Mr. Brightside, hasta el cierre de los bises con When
you were young.
Fue un recital en modalidad grandes éxitos. La lista
de temas hizo foco especialmente en Hot Fuss, el disco debut del grupo de Las
Vegas, repasando brevemente sus otros álbumes e
incluyendo sólo cuatro canciones de Battle Born (Miss Atomic Bomb, The way it was, From
here and out y la festejada Runaways), el trabajo discográfico que están
presentando en esta gira.
Flowers fue el maestro de ceremonia, tirando algún evitable
guiño demagógico, pero poniéndole el cuerpo y la voz a la causa, caminando el
escenario, metiéndose a los presentes en el bolsillo a fuerza de carisma. A su
lado, sus compañeros construyeron una sólida pirámide musical. La presencia
silenciosa y firme en el bajo de ese clon de Luis Zubeldía que es Mark Stoermer
y el volcánico golpe en los parches de Ronnie Vannucci Jr. Mientras que Keuning
levantó paredes de sonidos con sus arpegios y efectos en la guitarra.
El punto fuerte The Killers, su marca de fábrica, está en la
épica. Ahí está su apuesta ganadora. En
esas canciones mid tempo que parecen estar hechas para crecer como bombas
pequeñitas y explotar (con juegos de luces, visuales, fuegos artificiales,
papeles metalizados, cualquier cosa que ayude a reforzar el golpe) en medio de
estribillos gloriosos que ponen a todos a volar. De seguro no será el pogo más
grande del universo. Pero tampoco pretende serlo. Lo saben ellos. Lo sabe el público. Y lo disfrutan todos.
Nota del autor: Gracias eternas y totales a Yamila Trautman.
Comenten: ¿Estuvieron el domingo en GEBA? ¿Qué les pareció el show?
Y para rematarla, después del show la banda se fue hasta la Costanera para clavarse un choripan.
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