Puede repetir esto hasta el hartazgo. Uno de los aspectos
más maravillosos de la música es su capacidad para fascinarnos
instantáneamente. De subyugarnos con la primera escucha. De enamorar. Y lo
mejor es que esa cualidad no es monogámica, por decirlo de alguna manera. Podes
enamorarte de uno, dos, chorromil discos, canciones, artistas a la vez. Además
no es egoísta. Porque ante la súbita infatuación, uno se siente casi en la
obligación de recomendar, compartir.
La noche del lunes, comente un twitt de la gente de Sadness Discos en el cual hacían referencia a En otra ciudad, un disco la banda
argentina Bauer, editado en 2006, como uno de los mejores discos de la década.
Pondere la belleza del arte de tapa, ese que pueden ver encabezando el post de
hoy, y un rato después me dispuse a
escucharlo. Fue combustión instatanea al primer tema.
En otra ciudad es un disco climático y envolvente. Un viaje
que arranca con un oscuro instrumental surfer (Dock Surf) que bien pudo ser la
banda sonora del paso del huracán Sandy por New York. El disco nos va
sumergiendo, llevando hacia un trance onírico donde conviven las explosiones de
distorsión, las guitarras con tremolo, ALF (si leíste bien, ALF), sutileza electrónica
y teclados vintage. Un trip que nos deja más lejos de casa, sin habernos movido
del sillón.
Ponganse los auriculares, escuchen el disco entero y después me cuentan que les pareció.
Señor, gran gran disco. Sadness no deja de sorprendernos.
ResponderEliminarEs mi nuevo vicio Brandolini. Yo no puedo parar de escucharlo y recomendarlo a cuanta persona me cruzo!
ResponderEliminarSegundo tema que escucho y ya quiero volver a empezar. Cinematográfico, denso, niebla, carretera, policial negro, corridas en un estacionamiento. Ya es un disco perfecto.
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