Foto: Matías Casal/Gentileza Pastizales burning
La Unknown Mortal Orchestra se presentó por primera vez en
la Argentina con un show corto, y sorprendentemente poderoso, pero sumamente
efectivo que condensó los puntos más altos de su propuesta musical. Un set de
diez canciones, más las tres correspondientes a los infaltables bises, en el
que la banda uso Multi-Love, su último disco y excusa perfecta para su visita,
como base para ir saltando por su discografía.
UMO se subió al escenario de Niceto Club un poco antes de las 23
para arrancar con From the sun, canción que también que abre el segundo disco
de la banda, titulado simplemente II.
El cuarteto liderado por el guitarrista Ruban Nielson fue versátil
en su performance. Los temas por momentos fueron meras excusas para que los
músicos suelten amarras y se permitan viajar a la deriva, entregados a la
corriente de un río musical.
Sonaron ruidosos, experimentales, coqueteando con el jazz al
momento de improvisar. Fueron pop de afinaciones poco habituales en la guitarra
de Nielson y heavy metal bailable gracias al pesado golpe de Riley Geare
en la batería. Cuatro extraterrestres
virtuosos al comando de una nave espacial psicodélica.
El final fue una verdadera fiesta musicalizada con los
acordes de ese extraño espécimen de hit llamado Can't Keep Checking My Phone.
El público convertido en una masa uniforme moviéndose al compas del groove de
la banda. El pogo lisérgico más grande del universo, la despedida y el deseo de
un pronto regreso.
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