Subte,
línea A, estación Saenz Peña. En los auriculares suena One de U2. Suena justo
en el momento de encarar la escalera mecánica que me lleva hacia la calle. Allá
arriba llueve, como viene lloviendo desde hace casi un siglo. Mientras subo, dejandome llevar
por los escalones que depositarán mi humanidad en la superficie, voy cantando, acompañanado la canción, metiéndole
armonías vocales a Bono (We're one, but we're not the same, we hurt each other,
then we do it again). El cielo es gris, el agua cumple con su parte del
libreto. Casi un cliché cinematográfico. La vida, a veces, es una remake de una
mala comedia romántica protagonizada por Adam Sandler.
Otra mañana
lluviosa. Ya casi no recuerdo cuando fue la última vez que el sol asomó por
estas tierras. Una situación que me recuerda, me pasa siempre que llueve con
tanta insistencia, a la película The Crow (la primera, la de Brandon Lee). En ese film, Eric Draven, el
personaje encarnado por Lee, es (o mejor dicho era) el líder de una banda
llamada Hangman's Joke. En la ficción, el grupo tiene una
canción que lleva el nombre de It can’t rain all the time. Sí,
como habrán podido apreciar, tengo una mañana repleta de referencias cinéfilas.
¿Seguirá lloviendo? ¿Parará en algún momento? ¿Será el comienzo de un
nuevo diluvio universal? ¿Y Noé? ¿Quién sabe? Siempre que llovió, paró decía el
personaje de Alberto Olmedo. Así que por las dudas, armé una nueva lista de
canciones para disfrutar en días como hoy.
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