Hoy es el día. El del punto de no retorno. La hora señalada para soltar y saltar. El momento en el que las cosas cambian para siempre, la llamada a tomar distancia para escapar de la zona de confort que me ata a una silla frente a un monitor durante nueve horas diarias, de lunes a viernes, y recuperar el espíritu aventurero, zambullirse de cabeza en lo desconocido. No hay lugar para mirar atras y lamentar el tiempo perdido. Es ahora. Es ya. Porque es mejor arder que desvanecerse lentamente.
Del disco Rust never sleeps (1979)
No hay comentarios:
Publicar un comentario