Amamos la distorsión.
Somos sus fundamentalistas. Creemos en ella como uno de los mayores símbolos
del rock. Su fuerza de choque. Un grito primal expresado a través de seis cuerdas
y un pedazo de madera. De forma tal que transforman esa guitarra en algo más
que un simple instrumento musical.
Hay tantas
distorsiones como guitarristas andan pululando por el mundo. Desde el fuzz
perverso, sensual y escandalizador de Keith Richards en Satisfaction al bramido
de Metallica en Sad but true. Algunas suenan como un tren dispuesto a pasarte
por arriba, como la de Jimmy Page en Whole lotta love. Otras amenazantes, como
las de Tool. O etéreas, donde la viola parece desarmarse en muchas, y dar
vueltas en remolinos.
En el tema
del viernes de hoy, las guitarras zumban. Zumban como un millón de abejas
enojadas, que sólo buscan una víctima donde clavar su aguijón. Un ejército
ruidoso que encuentra en nuestros oídos el lugar ideal donde descargar su
furia. Para gritarnos, e
invitarnos al mismo tiempo a sumarnos a ese grito: I shall be free.
Tengan ustedes un grandioso (y distorsionado) fin de semana.
Tengan ustedes un grandioso (y distorsionado) fin de semana.
Comenten: ¿Cuál es su tipo de distorsión favorita? Y ya que están, ¿qué tema quieren escuchar el viernes que viene?
Smashing
Pumpkins – Rocket
Del disco
Siamese dream (1993)
No hay comentarios:
Publicar un comentario